Fueron apareciendo de a poco y actualmente se instalaron, no sólo a nivel individuos, sino también a nivel empresarial. Hace poco, desde Seemple te comentamos algunos detalles y características de la relación entre empresas y redes sociales, destacando que era importante estar o pertenecer pero teniendo establecida previamente una estrategia que al menos responda a cuestionantes básicos como por qué vas a estar, para que, así como también cómo, cuándo y qué vas a comunicar desde estas plataformas. 
Son muchas y diversas, por eso en este artículo, vamos a clasificarlas y a reconocer cuáles son las características distintivas de cada una de ellas para que puedas evaluar si efectivamente estás en la red social adecuada o bien, si aún estos canales no forman parte de tu estrategia puedas seleccionar el adecuado, evaluando tu producto o servicio, tu target y otras cuestiones adicionales, pero básicas. 

Para empezar, podemos hablar de una clasificación dada por el objetivo con el cual fueron creadas. Así, encontramos redes sociales generalistas, de contenido o profesionales. 

Las primeras son las que facilitan y potencian las relaciones humanas, entre las que encontramos Facebook, Google + y Twitter. El segundo grupo, las de contenido, son aquellas que permiten compartir con un público seguidor material audiovisual; aquí, sin lugar a dudas, se sitúan YouTube, Pinterest e Instagram. Dentro del grupo de las redes sociales catalogadas como profesionales, encabezado por Linkedin, aunque también la acompañan otras menos conocidas en el país como Viadeo y su objetivo es precisamente facilitar las relaciones laborales como así también la búsqueda de personal (y ahora también empleo), clientes y nuevos socios. 

Aunque es básico y muchas veces se cree innecesario, nos parece importante que conozcamos los detalles de estas redes sociales tradicionales pero desde tu perspectiva y tu interés: querer llegar a una mayor cantidad de individuos, transformarlos en clientes y así aumentar tus ventas. 

Vamos entonces a conocerlas un poco más o, desde otra perspectiva:

Por si no conoces la historia del referente de las redes sociales, que tuvo hasta su propia peli, Facebook fue creado en 2004 por Mark Zukerberg, con el objetivo de generar una comunicación más fluida entre estudiantes universitarios. Hoy Facebook cuenta con más de 1650 millones de usuarios y 40 millones de pequeñas y medianas empresas de todo el mundo. Si, 40 millones, leiste bien. Está más que claro, que si vas a estar en Facebook, tenés que buscar cómo diferenciarte y llamar la atención de tu target. 
Las primeras empresas que vieron potencial en este medio desembarcaron en forma de “personas”, es decir, abrieron perfiles y agregaban a su público como “amigos”. Facebook captó el mensaje e intervino, creando las Fan Page (esas a las que les das “Like”) atribuyendo que como empresa, este formato te da facilidades y herramientas que los perfiles personales no te otorgan, y es cierto. Herramientas para publicaciones, estadísticas con horarios de mayor público conectado, segmentación por edad, sexo, lugar de origen y demás son algunas de las ventajas que tiene elegir este formato. 
Hasta el 2015, convivían las empresas con perfiles profesionales (Fan Page) y las empresas con perfiles personales, pero hasta ahí pudieron llegar. La red social sugirió con algunas medidas, a esas empresas que tenían estos perfiles no adecuados, a migrar al formato Fan Page
Cuestionable o no, esto trajo aparejado ventajas y desventajas como por ejemplo que la empresa desde la Fan Page no puede “etiquetar” a otros usuarios en sus publicaciones, evitando la creación de spam (y el enojo del cliente o potencial cliente), estratégia básica que utilizaban aquellas empresas que utilizaban los perfiles personales. Si bien esto otorga cierto orden y equilibró las posibilidades entre empresas, la realidad es que esta medida cambió las reglas del juego, haciendo más difícil el alcance orgánico (no pago) de este tipo de perfiles. Facebook, apuesta a la publicidad y promoción de los posteos y fan pages, teniendo que renovar nuestras estrategias como empresas en términos de comunicación, para lograr los resultados deseados. 

Twitter es, a nuestra consideración, el producto que por excelencia explica la posmodernidad. Su característica distintiva son los 140 caracteres, estos que aunque parezcan que son pocos nos otorgan poder de síntesis y de instalar determinados temas a nivel global, regional y/o nacional. En Twitter se pueden dar conversaciones entre los diferentes usuarios, “arrobando” ya sea a una persona o empresa. Es habitual, hoy en día que los usuarios utilicen este medio para exponer su experiencia cotidiana con productos o servicios, por lo tanto como empresa, puede otorgarnos una especie de análisis de mercado, como así también de la competencia y por qué no de la experiencia de nuestro target con los productos o servicios que comercializamos, de manera rápida y permitiendo obtener algunos índices básicos a través de su análisis.  
Recientemente Twitter se sumó a las redes sociales que introdujeron cambios para facilitar el desarrollo corporativo en estos perfiles. Si bien, el perfil “empresas” de Twitter es un usuario más, el mismo ofrece opciones a las que una persona no puede acceder, como Twitter Ads o Twitter Analitycs. El primero, nos permitirá realizar campañas publicitarias con el objetivo de conseguir nuevas adhesiones o bien promocionar un tema para que aparezca como Trending Topic (TT) mientras que la analitica de Twitter nos dará acceso a estadísticas que reflejan las visitas al perfil, el tweet con más adhesiones e impresiones logrado en un tiempo determinado, entre otras cosas. 

Google + (Plus), es la red social que muchos dicen Google lanzó a mediados de 2011, para competir con Facebook. La realidad es que si bien, comparten la característica de ser redes sociales generalistas, sus prestaciones son diferentes. Google +, ofrece la posibilidad de organizar los contactos a través de círculos y de este modo “segmentar” la comunicación de tus publicaciones, como así también los servicios de mensajería instantánea que ya conocíamos a través de Google Hangouts, o cargar fotos de manera instantánea con tu teléfono celular. En algún momento de su corta historia Google +, estuvo vinculada a YouTube, todos intentos de aumentar su escasa popularidad y el tiempo que los usuarios le dedican a la misma. 

Si buscás variedad en contenidos audiovisuales, está claro, entras a YouTube, donde encontrás de todo desde videoclips musicales, películas, programas de televisión, conferencias, en fin, una amplia variedad de videos. Fundada en 2005 y adquirida por Google Inc. en 2006, también es una de las plataformas más elegidas por las grandes marcas, dado a su elevado nivel de audiencia diario, para publicitar sus productos o servicios. 

Siguiendo la línea de las redes sociales de contenido Pinterest se reconoce con un medio que permite crear a sus usuarios “tableros” con imágenes de sus temas de interés. Es un sitio con potencial para empresas cuyo negocio principal esté involucrado en temas de diseño y creación de productos. Al igual que Twitter, los vínculos se dan entre seguidores y seguidos donde podés postear tus “pines” (archivos de imagen que pueden ser ideas o creaciones), o sumar “pines” de otros en tus tableros. Tal vez, Pinterest, sea una de las redes sociales en las que mejor se aplica el concepto “comunidad” ya que los pines de otros usuarios que agrego a mis tableros pueden ser vistos por mis seguidores, ampliando el alcance de los mismos.

Instagram es la red social que más ha crecido en los últimos años, sobre todo en términos de usuarios jóvenes y adolescentes. Por lo tanto, si el producto o servicio que comercializas está destinado a ellos, ya sabés donde lo encontrarías. En los últimos años, muchas empresas migraron hacia esta plataforma que desde su característica principal de sus imágenes o videos cuadrados y sus filtros, tiende a sumarse a la moda vintage que atravesó todo tipo de productos a lo largo de los últimos años. A mediados de 2015, esta red incorporó la opción de publicidad para continuar con los avances en el terreno corporativo. Una de las ventajas que ofrece esta red social es que nos permite replicar los posteos en otras redes sociales como Facebook o Twitter. 

Linkedin se lanzó en el año 2003 como red social profesional que establece relaciones o, tal como lo llaman ellos “conexiones” entre usuarios, con políticas bastante particulares sobre la restricción o spam, lo cual la diferencia bastante de todas las otras redes sociales hasta aquí mencionadas. Permite a cada usuario subir o diseñar un curriculum, detallando su experiencia profesional. Además de usuarios también podemos encontrar empresas que utilizan esta plataforma, aunque son más habituales las publicaciones con contenido relacionado a la búsqueda de empleo, personal o políticas de recursos humanos que con contenido promocional. Otro de los puntos interesantes de este portal, es la importancia que toman los “Grupos” en los cuales se debaten temas de determinadas áreas, se comparten contenidos de interés y actualizaciones que responden a los intereses profesionales de ese segmento. 

Escalando posiciones
Hasta acá te hablamos exclusivamente de redes sociales que todos manejamos, o que seguramente alguna vez escuchaste nombrar pero existen otras, que tal vez otorguen valor agregado a tu estrategia como Vine o Foursquare.

Vine, entraría aquellas que se clasifican por la producción de contenidos audiovisuales. Fue adquirida por Twitter poco tiempo después de su creación y permite crear videos cortos de no más de 6 segundos de duración. Es una alternativa a Instagram, con el condicionante de que en su caso, sólo podés utilizarlo para videos. 

Si clasificaríamos Foursquare, entraría en las que trabajan con la geolocalización y esto podría (o debería) transformarla, por ejemplo, en la favorita de los espacios gastronómicos. Permite a los usuarios hacer Check-In en el local y compartir su experiencia a través de una crítica, algo así como las calificaciones que realizamos cuando realizamos compras en una de las plataformas más reconocidas. 

Finalizar esta nota, diciendo que las redes sociales llegaron para quedarse, es una obviedad. Pero es importante reconocerlo e identificar los cambios que introdujeron, junto con otras herramientas en la conducta de los consumidores.